Intervención ante las necesidades educativas para mejorar la experiencia educativa de los mismos, colaboración en el desarrollo de las competencias, intervención en la aplicación de las medidas necesarias para evitar los posibles problemas en la experiencia educativa, formación y asesoramiento familiar para lograr modelos educativos familiares eficientes.
Límites y consecuencias adecuadas a la conducta del niño/la niña o adolescente.
Cómo actuar en función de la problemática.
Para poder ser libre, una persona necesita desarrollar una disciplina interna, que nace de la propia elección y no de la sumisión y para ello es necesario que se produzca el desarrollo de la voluntad.
Los límites no pueden ser arbitrarios, deben tener sentido de modo que podamos explicar fácilmente a un niño/una niña que un límite está ahí por seguridad o por respeto.
Enunciamos los límites en positivo, dando así la información de lo que sí se puede hacer y obviando lo que no se puede hacer (ej: no saltes en el sillón – si necesitas saltar, hazlo en el suelo).
Las consecuencias naturales son más efectivas y apropiadas que las amenazas. Ej: si no recoges los juguetes no iremos al cumpleaños de tu amiga – si no recoges los juguetes se nos hará tarde y no llegaremos al cumpleaños de tu amiga.
El diálogo les proporciona una herramienta útil y positiva de aprendizaje y desarrollo. Los/as niños/as se sentirán parte de la solución, en lugar de la causa del problema. Y tendrán (con la práctica), la capacidad para evitar esa situación que les hace sentir mal y comportarse de manera inadecuada. También adquirirán los recursos necesarios para evitarla y la motivación adecuada.