El trastorno de conducta es un desorden infantil emocional y del comportamiento caracterizado por un conjunto de conductas repetitivas y persistentes donde no se respetan los derechos de los demás o las normas sociales.
Nos encontramos con niños que tienen dificultades para cumplir y seguir las normas y comportarse de manera socialmente aceptable. Los problemas de conducta pueden presentarse en diferentes contextos. Los niños con problemas de conducta normalmente reaccionan con excesiva hostilidad o con conductas agresivas hacia los demás. Presentan falta de empatía; suelen interpretar como hostiles las intervenciones de los demás y suelen culparlos de su mal comportamiento; tienen baja tolerancia a la frustración, irascibilidad y crisis de cólera desproporcionadas.
Todas las personas actúan así a veces, pero quienes tienen este tipo de trastorno,tienen un patrón bien establecido de problemas de conducta. Incluyen los siguientes síntomas:
- Estar inusualmente enojado/a irritable.
- Perder los estribos con frecuencia.
- Estar fácilmente molesto/a.
- Discutir con figuras de autoridad.
- Negarse a seguir las reglas.
- Molestar deliberadamente.
- Culpar a otros/as por errores.
- Ser vengativo/a.
Las familias a menudo son empujados al extremo y pueden volverse más permisivos o más coercitivos. Desafortunadamente, ninguno de los extremos cambiará efectivamente el comportamiento de sus hijos/as y, en cambio, puede provocar interacciones más negativas y patrones de comportamiento hostiles que se convierten en rutina.