Picología Sanitaria Infanto-Juvenil: Dependencias y Adicciones

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Cuando una persona usa sustencias estimulantes, afecta al sistema nervioso central, incluido el cerebro. Estimula los receptores de neurotransmisores en el centro de recompensa del cerebro con una gran cantidad de dopamina, un químico orgánico de una forma mucho más abundante de lo normal, lo que provoca una rápida descarga de energía y una sensación de placer que se irradia a través del sistema nervioso. Este placer gratificante lleva a desear más sustancias para poder mantener o repetir la sensación. El deseo de más puede conducir a la adicción en un tiempo relativamente corto. De manera similar, los teléfonos inteligentes y otros dispositivos tecnológicos pueden volverse adictivos porque activan este mismo reflejo neurológico: cada vez que una persona recibe una respuesta oportuna a un mensaje de texto o una publicación de Instagram, siente una oleada de placer y recompensa: los receptores de neurotransmisores en el el centro de recompensa del cerebro libera dopamina y les hace sentir bien. Si repiten este comportamiento, publicando mensajes compulsivamente o enviando mensajes de texto y recibiendo la «recompensa» de las respuestas instantáneas, sus niveles de dopamina aumentan aún más y sus cerebros envían el mensaje de que esta es una buena actividad. No quieren detenerse, o les resulta cada vez más difícil separarse de su mundo digital. Al igual que con las sustancias, el uso excesivo continuo de la tecnología digital puede conducir a la adicción a los teléfonos inteligentes. Puede ser necesario tratamiento para detener el comportamiento compulsivo y adictivo y recuperar un estilo de vida más saludable.