Cuando un niño presenta la madurez necesaria y suficiente para controlar sus esfínteres pero este control no se consigue y continúa orinando de forma voluntaria o involuntaria en la cama o en la ropa, decimos que sufre enuresis.
Puede tener diferentes orígenes (biológico o psicosocial) y el tratamiento estará en función de éstos.
En la mayoría de niños el problema se puede resolver espontáneamente, pero es un asunto que no se debe ignorar. El psicólogo verá la conveniencia de una terapia, ya que si el problema no se trata de forma adecuada puede afectar emocionalmente al niño.
Cuando un niño, que por su edad o desarrollo evolutivo ya debería tener control rectal, defeca de forma repetida y en lugares inadecuados, voluntaria o involuntariamente. Se excluirán los niños que presentan una enfermedad orgánica que explique estas situaciones.
Al igual que la enuresis, la encopresis puede tener diferentes orígenes y el tratamiento estará en función de éstos.
Es aconsejable la ayuda psicológica ya que puede dañar la autoestima del niño. Con la terapia adecuada tiene un buen pronóstico.